Ya tenemos el verano sonriendo, esperándonos para ese merecido descanso, unas fechas que todos ansiamos y necesitamos.
Para poner en orden nuestra cabeza y nuestra alma. Recargar esas pilas que cada vez se descargan antes, respirar,sentir y amar. Sin prisas, disfrutando cada momento, reir y llorar, encontrarnos y reencontrarnos, descubrir y redescubrir, ir y volver, avanzar y parar.
Imprescindible en mi verano, una buena lectura, un buen destino y una buena compañía.
La lectura ya la tengo elegida, este verano me llevo La Templaza de Maria Dueñas.
Una escritora que siempre ha conseguido emocionarme, y que seguro seguirá haciéndolo con esta nueva novela.
De segunda lectura he pensado en Sara Lark, otra autora que consiguió emocionarme con su trilogía de Nueva Zelanda, y que con La Isla de las Mil Fuentes, seguro que no me defrauda.
Como destino,este verano verano voy a dejar que la improvisación del último momento decida como siempre.
Seguramente me lleve en mi maleta una playa, pero desde luego lo que no puede faltar es un bosque.
El verano pasado estuve por Pirineos, y realmente me enganchó. Si tenéis oportunidad no dejéis de pasaros por allí, la grandiosidad y la belleza del lugar bien merecen unos días.
El Parque Nacional de Ordesa y el Monte Perdido, nos ofrece rutas y paseos para todos los gustos y necesidades.
La compañía como siempre la tengo asegurada, en mi corazón me llevo a todos los que no me pueden acompañar y a mi lado lo más querido.
Y sin más, os dejo rematando la primavera, os espero a la vuelta del verano, con las pilas recargadas. Gracias a todos los que estaís ahí, y aunque el blog descanse durante el verano, en mi página de Facebook, iré dejando fotos de todo aquello que me sorprenda este verano.
Y recordad, ¡dadle alas a la escoba!
y
