Este domingo lluvioso, era muy apetecible sentarse en el sofá y ver una peli. No se de donde viene el romanticismo de acurrucarse en el sofá, un día lluvioso, con tu mantita, un buen café o té, y ponerte una peli.
Por lo tanto siguiendo los stándares, me encuentro con un domingo lluvioso, tumbada en el sofá, con mi té, y una peli esperándome.
La elegida de hoy es:
Una peli de los hermanos Coen, que nos lleva al Nueva York de 1961.
Donde sobrevive un músico de folk llamado Llewyn Davis, un personaje de ficción, pero que fácilmente podía reflejar la vida de muchos músicos que quieren abrirse camino en este mundo tan complicado del arte.
Una película circular, llena de situaciones cómicas pero con ese gusto amargo, acompañada de una serie de buenas canciones.
Llewyn, vive gracias a sus amigos y alguna que otra actuación en bares. Su vida es su guitarra y su música y con un carácter de perdedor insatisfecho.
No es fácil empatizar con el personaje, pues da la sensación de que todo lo que hace es provocado por sus malas decisiones, pero a la vez destila tristeza y melancolía.
Creo que esto es lo que engancha de la película, la mezcla de emociones y sensaciones que produce.
También quiero resaltar la música, que una vez más no solo es un elemento decorativo de la película sino que es uno de los pilares importantes, reforzando ese carácter triste y perdedor del protagonista.
Y con este ratito de peli, doy por concluida la tarde de este domingo, lluvioso y primaveral, al que le va muy bien un poco de folk. Y recordad ¡dadle alas a la escoba!
A propósito de Llewyn Davis (2013)
Director: Joel y Ethan Coen
Música: Varios
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