domingo, 11 de septiembre de 2016

Entre faros y cascadas,donde acaba el mundo y empiezan los sueños.

Bienvenidos a mi salón,

Pocos son los días y muchos los lugares que tiene Galicia por visitar, desde el desconocimiento y tras la lectura de varias guías y a sabiendas de que nos dejaremos muchos rincones por descubrir, decidimos poner rumbo hacia Muros, Ézaro y Finisterre.

Desde San Vicente de O Grove y siguiendo la carretera de la costa, vamos descubriendo pueblos paisajes y rincones.

Nuestro primer destino es Muros, un pueblo marinero en sus orígenes y aunque la lonja sigue teniendo una importante actividad, es el turismo su principal fuente de ingresos. La historia de Muros comienza hacia el s.X, y aún su casco histórico y sus callejuelas nos trasladan a esa época.


Siguiendo la carretera en dirección a Finisterre, veremos que se alza ante nosotros el Monte Louro.

Y con él su faro, testigo de la historia de Muros.



Un camino nos adentra hacia el mar, donde el silencio marca el tiempo.




 Mi fiel compañera de excursión, siempre atenta y dispuesta a explorar.



Seguimos ruta, y ponemos rumbo a Ézaro, una pequeña villa gallega, donde nos encontramos con el río Xallas, que desemboca en el mar vertiendo sus aguas en forma de cascada.




Creo que en verano hay algún sábado que la iluminan, por lo que si ya de día el espectáculo es grandioso de noche tiene que ser espectacular. No dejéis de visitarlo.

Siguiendo camino llegamos a Finisterre, donde acaba el mundo y empiezan los sueños.

El cabo Finisterre, temido y adorado, testigo de batallas, vigilante y expectante, donde los peregrinos terminan sus viaje, y regresan renovados, donde el sol se hunde en el mar, donde el infinito completa su nombre.






Su faro, se alza elegante y orgulloso de haber salvado vidas, de ayudar a los navegantes en su camino, cuyo principal función es evitar las lágrimas en esa costa llamada de la muerte.






Finisterre, es costa, es fin, es un lugar de esperanza, de promesas cumplidas y de sueños por cumplir.

Pero también es vida, es mar, es color y por supuesto uno de los mejores sitios para comer y descansar. Dejando que la vista se relaje, y el paladar disfrute de sus manjares, damos por concluida esta jornada.


Mañana más y mejor!














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