Bienvenidos a mi salón,
Ya llevamos 4 días en Bidart, desde donde hemos visitado Biarritz, Bayonne y Saint Jean de Luz, y el coche sigue oliendo a quemado, sí que es verdad, que por lo demás va de cine, pero cuando salimos de ruta no ponemos ni la radio, para poder escuchar cualquier ruido que pueda hacer fuera de lo normal.
Después de sopesar, si continuamos viaje, o damos media vuelta para nuestra España, decidimos seguir ruta.
Así que enganchamos, y decimos adiós a estas tierras tan bonitas y ponemos rumbo a Bordeaux.
Con poco más de 200 km de distancia, hacemos un viaje, relajado, y sin ningún contratiempo, llegamos a nuestro camping, "Le Village du Lac", a unos 10 min. de Bordeaux.
Nuestra primera impresión, es de "¡Oooooh!" pues la recepción es muy elegante. Pero nada más entrar nos vamos decepcionando. En fin, no se cómo serán los apartamentos, pero lo que son las parcelas dejan mucho que desear.
Lo que está claro es que está en plena naturaleza....porque un poco asilvestrado sí que está el camping, y no hablemos de los servicios, lavaderos y piscina... en fin.
Tras un buen rato intentando elegir parcela, nos decidimos por una.
Nos ubicamos, nos asentamos, y mientras estamos charlando sobre el estado del coche, vemos que también llega otra caravana. Y sin saber muy bien porqué, sentimos la necesidad de acercarnos e indicarles dónde podrían colocarse.
No sé si será cosa del destino o la casualidad, pero enseguida conectamos con esta familia, que desde un principio se muestran muy amables, y además (¡Bendita casualidad!) nos disipa las dudas que teníamos sobre el coche.
Hay veces que sin saber por qué, tienes la sensación de conocer a las personas desde siempre, y ésta fue la sensación que tuvimos con esta familia. Desde el primer momento conectamos, y fue para nosotros un soplo de aire fresco, que nos impulsó a seguir el viaje.
Y lo más curioso es que tenían un plan de viaje muy similar al nuestro. Todo esto nos hizo la estancia y el resto de nuestro viaje por Francia, mucho más agradable.
Ellos seguramente no sean ni conscientes de lo que representó para nosotros encontrarles. Creo que el destino nos puso en el camino a esta familia, para darnos el ánimo suficiente para poder continuar.
Con ellos las incomodidades del camping se convirtieron en risas y nuestras dudas sobre el coche se transformaron en una anécdota.
Porque los lugares los hacen las personas que en ellos están, da igual como sea tu entorno si quien te acompaña te hace la vida más fácil. Por todo ello y seguramente mucho más, os quiero dar las gracias por esos momentos de risas, de compartir y de aprender, por hacernos este primer viaje con nuestra caravana mucho más liviano y por todos esos momentos que pasamos juntos.
Gracias a Carolina por esos ojos que lo dicen todo, a Mónica por su fuerza interior, a Begoña por su sonrisa permanente, y a Jose Luis por su templanza y seguridad.
Muchas gracias, y nos vemos en el camino.
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