lunes, 9 de noviembre de 2015

Anca de rana, pata de araña...abracadabra.

Bienvenidos a mi salón,

Este pasado fin de semana, pero de 1610, entre el 7 y 8 de noviembre, se cometieron uno de los procesos de brujería mas grandes de la historia de nuestro país.

Todo sucedió, en Zugarramurdi, durante el proceso inquisitorial de1610. Una joven que aseguró que durante sus sueños había volado y había visto a varias personas de la localidad practicando Akelarres.

El párroco lo solucionó haciendo que los implicados, descargasen sus conciencias y abrazaran la fe. Pero este suceso llegó a oídos de la Santa Inquisición, avisada seguramente por el abad del Monasterio de Urdax. quien no dudó en intervenir.

A partir de este momento, 53 personas fueron detenidas y llevadas a Logroño, la mayoría de ellas moriría durante el camino o en la cárcel.

El 7 de noviembre de 1610, se celebró El Auto de Fe, por el que 21 fueron arrestadas, 21 perdonadas y 11 condenados a la hoguera, 6 en persona y las otras 5 en efigie, pues ya habían fallecido, el hecho tuvo lugar el 8 de noviembre de 1610.

Zugarramurdi, no es la única localidad Navarra donde se cometieron tales actos, sino que existen pruebas y documentos de al menos otras 64 localidades más, pero ésta fue la que más repercusión social tuvo.

Una vez más y me reitero como en otras entradas, todo es fruto de la ignorancia y de la envidia.
La mayoría de las mujeres y niñas que murieron, eran curanderas, grandes conocedoras de la medicina natural de los maravillosos bosques navarros, mujeres pobres y sin recursos, que cultivaban plantas para aliviar sus propios males y ayudar a su pueblo, pero que la ignorancia las tachó de brujas.
Escenificación
Acceso a la Cueva de las Brujas

Cueva de las Brujas


Pradera del Akelarre


Yo he tenido la oportunidad de visitar este año, este bonito pueblo, su Museo y su cueva, lleno de historias, donde queda reflejado cual era el trabajo de estas mujeres, y cuál fue el trato que recibieron.

El miedo y la ignorancia son malos consejeros, pues no nos dejan ver que muchas veces lo desconocido no es más que una oportunidad de evolucionar.

Y recordad, ¡dadle alas a la escoba!

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