lunes, 5 de octubre de 2015

Día 7. Saint-Émilion, el Périgueux y una vuelta al pasado



Bienvenidos a mi salón,

Después de un día de plena naturaleza, nos levantamos con ganas de historia y piedra. Por ello decidimos visitar Saint-Émilion y Périgueux.




 Rodeado de viñedos surge este antiguo pueblo, donde destacan sus calles, sus iglesias y su muralla.

Como si retrocediéramos en el tiempo y encontrándonos a cada paso con la historia surge entre viñedos Saint Émilion, unos viñedos que nos recuerdan su origen, en el que un monje llamado Émilion se estableció allí en el siglo VIII, y fueron sus seguidores quienes empezaron a comercializar con el vino.

Construido sobre una colina, sus callejuelas escarpadas forman un laberinto, donde el viajero puede perderse entre vinos y rezos.

No podemos dejar de visitar la Colegiata y su Claustro, la Torre del Rey, el Convento de las Ursulinas, Los Lavaderos, La Gran Muralla y sus jardines, pero sobre todo lo más emblemático es su Iglesia Monolítica.
Fue el monje Émilion quien decide aprovechar un nicho cerca de una fuente para hacer de él su lugar de oración, y fueron sus seguidores quienes poco a poco van escavando en la roca hasta terminar la obra que podemos contemplar hoy en día.

Después de visitar también unas bodegas y de comprar los famosos macarons, ponemos rumbo a Périgueaux.

 Al llegar descubrimos una ciudad cargada de historia, donde podemos distinguir una ciudad romana y otra renacentista.

En la Oficina de Turismo nos informan de estas dos rutas, claramente identificadas.
Debido a la hora nos decidimos por la ruta medieval.

Desde el primer momento sus calles estrechas, sus plazas y sus edificios, nos permiten caminar por la historia.


Podemos pasear por la Plaza de la Clautre, donde antiguamente se celebraban las ejecuciones públicas, y actualmente se ha convertido en un gran mercado, donde los sentidos se llenan de olores, sabores y colores.

La Plaza de Saint Louis, conocida por la "Casa del Pastelero" (S.XIV) donde una grandiosa concha nos muestra la importancia de las peregrinaciones a Santiago. En esta casa vivió el famoso pastelero que fabricó el conocido Pâte de Perigueux, y que desde Noviembre hasta Marzo se celebra el mercado del foi-gras.

Otra calle importante, es la famosa Calle del Calvario, cuyo nombre ya nos indica su papel en el medievo, en ella se entremezclan las tiendas y las casas, con grandes mansiones.

No podemos irnos, sin visitar la Catedral de Saint Front, declarada por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad en 1998.
Es visita obligada por los peregrinos, y para los turistas, pues es tomada como referencia de arte románico-bizantino, llegando a ser modelo para la construcción del "Sagrado Corazón" del Montmartre de París.




Hoy con el cuerpo lleno de historia, donde el dolor y las lágrimas del pasado, se han convertido en flores y en mercados, nos vamos a descansar, pensando en si realmente hemos aprendido algo de todos estos edificios en el que sus muros nos gritan que por favor, no cometamos los mismos errores, que disfrutemos de la vida, que seamos más tolerantes y nos respetemos, que el tiempo pasa y otros contarán nuestra historia.

Pensemos en cómo queremos que nos recuerden.

Y recordad, ¡dadle alas a la escoba!


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