viernes, 27 de marzo de 2015

Estar en Las Batuecas

Bienvenidos a mi salón,

Ya tenemos la Semana Santa aquí mismo, y al parecerescoba avera nos va a regalar esos días soleados tan propicios para hacer una escapada.
Os voy a proponer una ruta por tierras salmantinas, se trata de Las Batuecas.

Según el diccionario estar en las batuecas es estar distraido y embelesado, algo que ocurrre a todos los visitantes de este maravilloso paraje.
Situadas al sur de la provincia de Salamanca en la frontera de la fría meseta castellana y la cálidas tierras extremeñas, ofrecen una amplia variedad de vegetación, desde  alcornoques y fresnos hasta tejos y madroños, confiriendo de esta forma un bello paisaje.

Al llegar al valle de las batuecas, nos encontramos con el parking 1 y el parking 2

Desde el parking 1, la senda es muy sencilla, pero es desde el parking 2 de la ruta donde es totalmente accesible para sillas y cochecitos como podéis observar en la foto. 
Por este camino llegamos hasta el Monsterio de San José
Aquí termina la "Senda Accesible del Valle de las Batuecas". Una senda de 1.5 km si se hace por el parking 1, por la que podremos pasear entre una gran variedad de especies de bosque.
Una vez, llegados al monasterio, tenemos la opción de volver sobre nuestros pasos, o seguir la senda que nos adentrará por el valle. Este tipo de sendero ya no es accesible para sillas ni cochecitos pues es bastante sinuoso.
Por este sendero, caminado por el lateral del monasterio, nos iremos adentrando en un precioso bosque donde el sonido del río Batuecas nos acompañará durante todo el trayecto.
Seguiremos nuestra ruta, paseando entre árboles, y olor a bosque. Por esta senda veremos el Eucalipto y el Tejo del convento. Dos especies dignas de admiración.
También podremos encontrar una antigua carbonera, una actividad típica de la zona de la Alberca.

Continuamos nuestro camino, disfrutando del paisaje y del entorno.
 Hasta llegar a nuestro destino, El Canchal de las Cabras Pintadas.

Unas pinturas rupestres, pintada sobre la roca. La verdad que son difíciles de adivinar, puesto que han estado sin proteger durante mucho tiempo, por lo que hasta entonces han estado expuestas a todo tipo de visitas.
En este punto, es un buen momento para tomar un respiro, comer algo y admirar la belleza que se nos presenta.

Una vez visitados los chanchales, tenemos la opción de seguir por un sendero que sale a la izquierda del Canchal del Zarzalón, señalizado por hitos (montoncitos de piedras) que os llevarán al Chorro. 
Esta opción ya dependerá de cada uno, pues el camino se vuelve poco accesible y no muy bien señalizado.

Y por último el camino de regreso lo haremos volviendo sobre nuestros pasos, donde podremos volver a disfrutar del camino.
El cual siempre nos ofrece otro punto de vista.
Y después de este paseo, no podemos dejar de visitar la Alberca, y degustar su rica gastronomía.
Y recordad, dadle alas a la escoba!




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