Bienvenidos a mi salón,
El otro día leí este artículo que me llamo la atención, a la vez que me resultó muy curioso.
Quizás alguno de vosotros sepáis quien es Ötzi, pero para quienes no lo sepan os lo presentaré.
Digamos que Ötzi, vivió hace 3300 años a.C..
Su momia fue descubierta por dos alpinistas en Los Alpes de Ötztal, y es la momia humana, de la Edad de Bronce, más antigua de Europa.
La encontraron dos alpinistas en 1991 y al estar bajo la nieve su cuerpo estaba bastante bien conservado.
Al parecer medía 159 cm, tendría una edad aproximada de 46 años y pesaba unos 50 kg. (aunque cuando lo encontraron pesaba 38 kg.)
También se sabe que tenía caries y artritis, que era intolerante a la lactosa, que su grupo sanguíneo era 0, y que el color de sus ojos eran marrones.
Murió en primavera, debido a que se ha encontrado polen en sus ropas, y la causa, fue una hemorragia originada por una flecha que le dispararon por la espalda, ya que entró por el omóplato y le llegó al pulmón, por lo que se sospecha que fue atacado.
Lo más característico de este hombre han sido unos tatuajes que tiene repartidos por todo el cuerpo, en total 61.
La técnica utilizada era la realización de unos cortes en la piel y frotados luego con carbón. De esta forma tiene repartidos por todo el cuerpo los 61 tatuajes, siendo la mayoría de ellos en la zona lumbar.
Los tatuajes son grupos de dos, tres o cuatro líneas paralelas y también algunas cruces.
Lo que los científicos están tratando de averiguar es el porqué de estas marcas en el cuerpo, si realmente son adornos corporales o parte de algún ritual religioso, o mas bien alguna práctica curativa.
Siempre he sentido curiosidad por cómo éramos y cómo vivíamos. A veces me parece mentira que nuestra existencia se remonte a tantos miles de años atrás, son cifras tan grandes que me resulta difícil de imaginar, que donde vivo y habito, hace miles de años, otras familias ocuparon mi lugar.
Hallazgos como éste, me hace pensar que Ötzi, era un hombre cuya ropa, utensilios y armas eran de última generación y su vida era sobrevivir en un mundo que se me antoja hostil.
Si lo comparamos con nuestro mundo, dependiendo de a quién y dónde pregunte, seguramente se sienta identificado.
En fin, todo esto me hace reflexionar, sobre qué mundo quiero dejar...
Y recordad, ¡dadle alas a la escoba!
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