El fin de año se acerca, y como si del fin del mundo se tratase, nos apresuramos a comer, salir, y hacer todo lo posible por pasarlo bien.
El otro día, cansada de tanto ajetreo, me puse a buscar entre todas las pelis, las cuales espero algún día poderlas ordenar, porque esto está empezando a ser misión imposible.
A lo que voy, después de mucho revolver, me decidí por Noé, no es que fuera una de mis prioridades, pero me pareció que podía ser entretenida...
El caso es que como él, así nos encontramos en estos días, como si fuera a venir el diluvio, y arrasara el mundo.
Deprisa y corriendo, vamos a comprar de todo, por si acaso, ¿acaso el qué?... me pregunto.
Y en lugar de construir un arca, vaciamos nuestra arca, y llenamos la casa de dulces,comida y regalos. Luego me veo en verano comiendo polvorones y turrón. Y es totalmente cierto.
Al final la película me sorprendió gratamente, con una visión muy peculiar de la parábola de Noé.
Nos hace reflexionar, ya no sobre el bien y el mal, si no sobre la propia raza humana. Ya va siendo hora de que no dejemos que viajen con nosotros todo lo que no nos deja crecer y llenemos nuestra arca con lo que de verdad importa.
Espero que disfrutéis de un buen rato en familia. Y recordad: ¡Dadle alas a la escoba!
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