jueves, 18 de diciembre de 2014

Un cuento de hadas dulces

Bienvenidos a mi salón:

Hoy vestidos de gala, para acudir a otro gran estreno, " El Cascanueces" del maestro Tchaikovsky.
Nos situamos en un 18 de diciembre de 1892, elegantemente vestidas, llegando al Teatro Mariinski de San Petersburgo, Rusia.
Basado en una adaptación que hizo Alejandro Dumas (padre) del cuento de "El Cascanueces y el rey de los ratones"  escrito por Ernest Theodor Amadeus, Tchaikovsky compuso este teatro ballet, aunque aceptó el encargo con muy pocas ganas, poco a poco se fue volcando en él.
La obra no fue un gran éxito en el momento, e incluso las criticas que recibió fueron muy contradictorias.
Y aquí me tenéis, vestida de terciopelo, sentada en mi butaca, esperando a que comience la función. Recordando cuando me contaron el cuento del pequeño Príncipe Cascanueces, su amiga María, y el malvado rey de los ratones.
Comienza a sonar la Obertura Miniatura:
Obertura mínima
Al momento sube el telón, y aparece la casa de la familia Stahlbaum la noche antes de Navidad decorando el árbol. Todos están felices y contentos, y comienza la Marcha:
Marcha
Una de mis piezas preferidas...y mientras suena aparece en escena el padrino y tío de la pequeña María y su hermano,(un mago que siempre hace felices a sus sobrinos) cargado de juguetes para todos, y para María un cascanueces con cuerpo de soldado. Su hermano siente envidia y lo rompe, pero su padrino se lo arregla. Cuando cae la noche todos se acuestan.
Aquí comienza la magia....María se despierta, baja al salón, y.....todo ha cobrado vida. ¡El malvado rey de los ratones quiere acabar con el cascanueces!. Tras una larga batalla, la niña salva al cascanueces, y éste consigue terminar con el rey de los ratones, terminando así con el hechizo y el pequeño cascanueces se convierte en un joven príncipe. Ambos se van a un bosque encantado....baja el telón.
Comienza el segundo acto.
El joven príncipe, acompañado de María y su padrino, han viajado al reino de los dulces...y aquí comienza una de las obras más bonitas, interpretada por un instrumento poco conocido llamado celesta, que incluso hoy en día se sigue utilizando, una especie de piano vertical, del que otro día os hablaré.
El hada de azúcar, entra en escena acompañada de un caballero  y un sin fin de dulces, ¡el baile acaba de comenzar!
Danza del hada de azúcar Disney Fantasía
Danza rusa Disney Fantasía
Danza árabe Disney Fantasía
Danza china Disney Fantasía 
Danza de las flautas Disney Fantasia
Vals de las flores por el ballet de Bolshoi
La obra finaliza, y dejo a la imaginación de cada uno el pensar si todo fue un sueño o realidad.
Yo mientras me quedo escuchando este maravillo adagio, que se suele tocar al finalizar la obra, y se compuso por una apuesta. Un amigo del maestro le dijo que no sería capaz  de componer una obra con solo una octava, Tchaikovsky le preguntó si era igual que fuera en orden ascendente o descendente, a lo que su amigo respondió que le era indiferente. Y así nació este maravilloso adagio. Con el que yo me quedo pensando e inventándome  mi propio final.
Pas de deux
Que nunca, nunca dejemos de imaginar y de crear. Y recordad: ¡Dadle alas a la escoba!







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