lunes, 26 de enero de 2015

Capítulo 2: No quiero despertar

Bienvenidos a mi salón,
hoy otro relato corto, espero que os guste.

"Son las seis de la mañana. Suena el despertador como todos los días, Mario desayuna, como todos los días, con movimientos mil veces ensayados y repetidos, el zumo, el café, las tostadas, la mermelada.... todo se coloca de manera automática, como si fuera otro quién lo prepara. Su cabeza no está, aún permanece acostada, dormida y aletargada, recordando...ayer la vio, sentada con sus amigos, no escuchaba la música, no oía a sus colegas, sólo estaba su risa, se imaginaba su perfume, el color de sus ojos a la luz del sol, el sonido de su voz, el tacto de su piel…
Como cada tarde iba al mismo pub, quedaba con sus compañeros de trabajo, los mismos temas, las mismas copas, la misma gente, la misma música.
Pero desde hacía una semana, todo le parecía distinto, recuerda perfectamente el día que la vio entrar por la puerta del pub, su pelo alborotado, su cazadora roja, con paso firme y decido, levanta el brazo y saluda, va hacia una mesa, y un grupo de amigos la abrazan y la besan, todos juntos y muy desentonados le cantan, ella sonríe, le dan varias bolsas y paquetes, se sienta nerviosa, y comienza a abrirlos, un jersey, un pañuelo, un frasco de colonia, un bolso, los papeles se amontonan en la mesa. Mario ya no oye nada, no escucha nada, no ve nada, de repente le zarandean, y mira asombrado como despertando de un sueño, es su compañero Julián, que se marchan, mañana hay que madrugar. Desde ese día acude a su cita, cada tarde.
Termina el desayuno, se asea, recoge su portátil, las llaves del coche, su chaqueta  y sale corriendo de casa. ¡Otra vez llega tarde al trabajo!"
(La bruja en el salón)


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