Bienvenidos a mi salón,
"Eleonor miraba ensimismada el cristal de su ventana,acababa de caer una gran tormenta, pero ya pasó, ya terminó, vino precipitadamente con prisa y se fué de igual manera, esfumándose, desapareció, sin darse apenas cuenta,dejando unas gotas sobre el cristal como legado de su presencia.
Afuera hacía sol,el cielo estaba despejado, una pareja de novios se besaba mientras se despedían sin querer, una madre regañaba a su pequeño que se empeñaba en soltarse de su mano, pero Eleonor no lo veía, solo estaba el cristal y las gotas de agua que nacían lentamente, tímidamente asomaban por el borde, y luego se retorcían, corrían, se fundían unas con otras, se frenaban y se precipitaban a su final, a su vacío...Hoy era su cumpleaños, como esas gotas ella había nacido, tímida, sin prisa, dejándose querer. Hacía ya 20 años de eso. Y seguía siendo esa gota sobre el cristal de la vida, que se refleja, que se deja llevar, que se une, que corre, que se para y se frena, que disfruta y que vive.
Un silbido, otro y otro más... el whatsapp suena, son su panda, sus otras gotas, que la llaman que la buscan, que la esperan, coge su cazadora roja, se mira coqueta en el espejo y le gusta lo que ve, sale decidida a la calle, y ya ve el sol, el cielo despejado, sin nubes. El mundo la felicita, y ella lo sabe, es feliz y se lo agradece con una sonrisa. Hoy es su cumpleaños."
(La bruja en el salón)
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